jueves, 7 de julio de 2011

Los Masajes y la Fibromialgia

¿Conoces a alguien que padezca de fibromialgia? Si es así, seguramente conocerás algo acerca de esto que algunos llaman enfermedad, pero que debería definirse mejor como síndrome.

Se denomina fibromialgia a un grupo de trastornos comunes reumáticos no articulares, caracterizados por dolor y rigidez de intensidad variable de los músculos, tendones y tejido blando circundante, además de un amplio rango de otros síntomas. Se afirma que un 4% de la población mundial padecen este síndrome.

Aunque las causas de su aparición en una persona aún no han sido bien aclaradas, se piensa que puede estar causada o agravada por estrés físico o mental, traumatismo físico, exposición excesiva a humedad o frío, sueño deficiente o padecer una enfermedad reumática.

La fibromialgia puede tratarse tanto con fármacos como sin ellos. Dentro de esta segunda opción encontramos a los ejecicios aeróbicos de bajo impacto, terapias ocupacionales, estiramientos (yoga) y los masajes terapéuticos.

En mi práctica como masajista he atendido a varias personas con fibromialgia. El masaje que más recomiendo para estos casos es el Deep Tissue Massage o Masaje de Tejido Profundo. Su objetivo -"realinear" las capas más profundas de los músculos y tejidos conectivos-, además del efectivo estiramiento que provee, han probado ser de gran ayuda, proporcionando una gran sensación de bienestar y una eficaz disminución del dolor.

Para más información, comuníquense con su médico.

2 comentarios:

  1. Heriberto, soy muy psicosomático, jajjajajj, si leo sobre una enfermedad termino sintiéndola. Saludos.

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  2. Mi compañera de trabajo padece fibromialgia. De esta enfermedad sé lo que me cuenta ella: dolores que la retienen en cama dos o más días seguidos, dificultad para andar, diabetis, mareos, depresión, apatía sexual, etc.
    Ahora estamos trasladando a otras dependencias toda la documentación de la empresa, y como la veo que apenas puede moverse, no hago más que decirle que se esté quieta y que no haga nada. Mientras ella se queda sentada, yo subo y bajo escaleras, trepo por las estanterías, cargo montones de archivadores, empaqueto toneladas de documentación, etc.
    Cuando llego a casa me tengo que tumbar en el sofá porque no me aguanto de pie. A mí me sabe mal por ella, pero a este paso la que acabará hospitalizada seré yo...

    Besos.

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